lunes, 15 de octubre de 2007

Mandato de los Pueblos y Naciones Indígenas Originarios a los Estados

del Mundo


Chimoré, Cochabamba - Bolivia, 12 de octubre del 2007


Desde el corazón de América del Sur a los 12 días del mes de octubre de
2007, los delegados y delegadas de los pueblos y naciones indígenas
originarias del mundo, reunidos en el Encuentro Mundial: “Por la
Victoria Histórica de los Pueblos Indígenas del Mundo”, para celebrar la
aprobación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos
de los Pueblos Indígenas, expresamos nuestra palabra:


Que a 515 años de opresión y dominación, aquí estamos, no han podido
eliminarnos. Hemos enfrentado y resistido a las políticas de etnocidio,
genocidio, colonización, destrucción y saqueo. La imposición de sistemas
económicos como el capitalismo, caracterizado por el intervencionismo,
las guerras y los desastres socio-ambientales, sistema que continúa
amenazando nuestros modos de vida como pueblos.

Que como consecuencia de la política neoliberal de dominación de la
naturaleza, de la búsqueda de ganancia fácil de la concentración del
capital en pocas manos y la irracional explotación de los recursos
naturales, nuestra Madre Tierra está herida de muerte, mientras los
pueblos indígenas seguimos siendo desalojados de nuestros territorios.
El planeta se está recalentando. Estamos viviendo un cambio climático
sin precedentes, donde los desastres socioambientales son cada vez más
fuertes y más frecuentes, donde todos sin excepción somos afectados y
afectadas.

Que nos asecha una gran crisis energética, donde la Era del Petróleo
está por concluir, sin que hayamos encontrado una energía alternativa
limpia que la pueda sustituir en las cantidades necesarias para mantener
a esa civilización occidental que nos ha hecho totalmente dependiente de
los hidrocarburos.


Que esta situación pueda ser una amenaza que nos dejará expuestos al
peligro que las políticas neoliberales e imperialistas desaten guerras
por las últimas gotas del llamado oro negro y el oro azul, pero también
pueda darnos la oportunidad de hacer de este nuevo milenio un milenio de
la vida, un milenio del equilibrio y la complementariedad, sin tener que
abusar de energías que destruyen a la Madre Tierra.



Que tanto los recursos naturales como las tierras y territorios que
habitamos son nuestros por historia, por nacimiento, por derecho y por
siempre, por lo que la libre determinación sobre éstos es fundamental
para poder mantener nuestra vida, ciencias, sabidurías, espiritualidad,
organización, medicinas y soberanía alimentaría.



Que empieza una nueva era impulsada por los pueblos indígenas
originarios, dando luz a los tiempos de cambio, a los tiempos de
Pachakuti, en tiempos de la culminación del Quinto Sol.


Que saludamos la aprobación de la Declaración de las Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que es esencial para su
supervivencia y bienestar de los mas de 370 millones de indígenas, en
alrededor de 70 países del mundo. Luego de más de veinte años de lucha,
da respuesta a nuestra demanda histórica de libre determinación de los
pueblos y el reconocimiento de los mismos y los derechos colectivos.

La Declaración aprobada contiene un conjunto de principios y normas que
reconocen y establecen en el régimen normativo internacional, los
derechos fundamentales de los Pueblos Indígenas, los cuales que deben
ser la base de la nueva relación entre los Pueblos Indígenas, los
Estados, las sociedades y cooperación en todo el mundo. Por lo tanto,
además de otros instrumentos jurídicos relativos a los derechos humanos
ya existentes, la Declaración, es la nueva base normativa y práctica
para garantizar y proteger los derechos indígenas en diversos ámbitos y
niveles.

Exhortamos a los países miembros de las Naciones Unidas y alentamos a
los pueblos indígenas que den cumplimiento y práctica a este importante
instrumento de significación histórica. Censuramos a los gobiernos que
votaron en contra de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas, y condenamos la doble moral.


Que nos comprometemos a respaldar el histórico esfuerzo liderado por el
hermano Evo Morales, Presidente de los Pueblos Indígenas de Abya Yala,
en la construcción de un nuevo Estado plurinacional. Ante cualquier
amenaza interna o externa, estaremos vigilantes de lo que suceda en
Bolivia y pedimos a los pueblos del planeta brinden su apoyo y
solidaridad a este proceso, que debe servir de ejemplo para que los
Pueblos, Naciones y Estados del mundo continuemos por esta misma senda.

Por tanto, los Pueblos y Naciones Indígenas del mundo exigimos a los
Estados cumplir los siguientes mandatos:


1. Construir un mundo basado en la Cultura de la Vida, en la identidad,
filosofía, cosmovisión y espiritualidad milenaria de los pueblos
indígenas originarios, aplicando los conocimientos y saberes
ancestrales, consolidando procesos de intercambio y hermandad entre las
naciones y respetando la autodeterminación.



2. Asumir decisiones nacionales e internacionales para salvar a la Madre
Naturaleza de los desastres que está provocando el capitalismo en su
decadencia, que se manifiesta en el calentamiento global y la crisis
ecológica; reafirmando que la cultura indígena originaria es la única
alternativa para salvar nuestro planeta tierra.



3. Sustituir los actuales modelos de desarrollo basados en el
capitalismo, en la mercancía, en la explotación irracional de la
humanidad y los recursos naturales, en el derroche de energía y en el
consumismo, por modelos que coloquen a la vida, a la complementariedad,
a la reciprocidad, al respeto de la diversidad cultural y el uso
sustentable de los recursos naturales como las principales prioridades.

4. Aplicar políticas nacionales sobre Soberanía Alimentaria como base
principal de la Soberanía Nacional, en la cual la comunidad garantiza
tanto el respeto a su propia cultura como espacios y modos propios de
producción, distribución y consumo en equilibrio con la naturaleza de
alimentos sanos y limpios de contaminación para toda la población,
eliminando el hambre, porque la alimentación es un derecho para la vida.

5. Repudiar los planes y proyectos de la generación de energía como el
biocombustible, que destruyen y niegan el alimento a los pueblos.
Asimismo condenamos la utilización de semillas transgénicas porque acaba
con nuestras semillas milenarias y nos obliga a depender de la
agroindustria.

6. Valorar y revalorizar el papel de la mujer indígena originaria como
vanguardia de las luchas emancipatorias de nuestros pueblos bajo
principios de dualidad, igualdad y equidad de la relación hombre mujer.

7. Asumir la Cultura de la Paz y la Vida como guía para resolver los
problemas y conflictos del mundo, renunciando a la carrera armamentista,
e iniciar el desarme para garantizar la preservación de la vida del
planeta.

8. Asumir transformaciones legales justas necesarias para construir
sistemas y medios de comunicación e información que estén basados en
nuestra cosmovisión, espiritualidad y filosofía comunal, en la sabiduría
de nuestros antepasados. Garantizar el reconocimiento al derecho a la
comunicación e información de los pueblos indígenas.



9. Garantizar el respeto y derecho a la vida, a la salud y la educación
intercultural bilingüe, construyendo políticas en beneficio de los
pueblos y naciones indígenas originarias.



10. Declarar como derechos humanos el agua, por ser un elemento vital y
un bien social de la humanidad, que no debe ser objeto de lucro.
Asimismo, impulsar el uso de energías alternativas que no amenacen la
vida del planeta, garantizando de esta manera el acceso a todos los
servicios básicos.



11. Resolver de manera corresponsable las causas de la migración entre
países, asumiendo políticas de libre circulación de personas para
garantizar un mundo sin fronteras donde no exista discriminación,
marginación y exclusión.


12. Descolonizar las Naciones Unidas, y trasladar su sede a un
territorio que dignifique y exprese las justas aspiraciones de los
Pueblos, Naciones y Estados del mundo.


13. No criminalizar las luchas de los pueblos indígenas, ni satanizar o
acusarnos de terroristas, cuando los pueblos reclamamos nuestros
derechos y planteamientos de cómo salvar la vida y la humanidad.



14. Liberar de manera inmediata a líderes y lideresas indígenas
encarcelados en las diferentes partes del mundo; principalmente a
Leonard Peltier en Estados Unidos.


La lucha no se detiene, se acabó el resistir por resistir, llegó nuestro
tiempo. Proclamamos el 12 de octubre “día de inicio de nuestras luchas
para salvar a la Madre Naturaleza”.


Desde nuestras familias, hogares, comunidades, pueblos, estando o no
estando en el gobierno de nuestros países, nosotros mismos decidimos y
encaminamos nuestros destinos, nosotros mismos asumimos la voluntad y
responsabilidad del Vivir Bien que nos han legado nuestros ancestros,
para irradiar desde lo más sencillo y simple a lo más grande y complejo,
para construir de manera horizontal y entre todas, todos y el todo, la
cultura de la paciencia, la cultura del diálogo y fundamentalmente la
Cultura de la Vida.


Por los muertos, héroes y mártires que abonaron nuestras vidas, por sus
utopías y anhelos, fortalezcamos nuestra identidad, nuestros procesos
organizativos y nuestras luchas hasta lograr construir la unidad de los
pueblos del mundo y volver al equilibrio, salvando a la vida, a la
humanidad y el planeta tierra.


Ratificamos nuestro apoyo al hermano Evo Morales para Premio Nóbel de la
Paz, por su permanente e incondicional entrega de servicio al bien por
la humanidad, los pueblos, el planeta y la paz mundial.


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Más información sobre el Encuentro, incluyendo las conclusiones de las
mesas de trabajo, en:



http://www.movimientos.org/12octubre/





Kolectivo We Newen

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